viernes, mayo 10, 2024

El peso de las palabras

Cuando uno tiene palabra de honor suele tomar aquellas que les dicen y las que escucha, también con honor y asumiendo que se dicen con convicción y verdad.

Cuando fallamos en la palabra dicha, muchas veces decimos: "pensé que no habías creído todo lo que dije o no pensé que lo tomases de verdad"

Cuando préstas dinero con palabra empeñada de garantía, no hay forma de resarcirse diciendo lo contrario o cuando las parejas se dicen que ya no se aman, para una u otra parte puede serle lapidari@.

Decía Elias Canetti en La antorcha al oido (novela filosófica): "podemos metamorfosearnos para darle un tono diferente a lo que decimos, pero lo que decimos no puede tomar  otra forma de lo que se entiende literalmente mucho mas cuando sabemos que el quien lo oye va a tomarlo tal cual lo escucha". O en Fausto, cuando este le pide a Mefistófeles nunca envejecer, pero ya cansado de ver que "todos pasan y él se va quedando": "acaso creía yo que no me pesaría los años de juventud y ahora ver que no puedo envejecer junto a la quien amo, es más que un cruel castigo y solo por el egoísmo de haber pedido no envejecer" A lo que Mefistofeles le dice: "fue tu palabra empeñada"

Mucho cuidado con lo que se dice...

sábado, abril 06, 2024

Volver de donde saliste no está prohibido

Aquellos años de vigilancia sí que me marcaron y de por vida.

Algunas personas más que otras y, otras pocas, se quedaron en mis recuerdos. Esto me sucedió con el señor Steward, curiosamente no recuerdo su nombre pero sí me ayudó mucho en mis años de preparación académica para postular a la Universidad; solía decirme: "muchacho, ve a descansar que mañana debes ir a la academia, yo te 
relevo en tu turno...yo me iba a estudiar esas horas extras; irónicamente resguardabamos el Instituto IDAT, en donde podía estudiar becado pero yo quería la Universidad y no podía sesgar mi propósito. Esos años, 1998 y 1999, fueron difíciles en términos personales.

Al pasar los años, ahora ya en abril del 2012, habiéndome colegiado algunos años atrás de Contador Público, yo retornaba a IDAT, pero ya no de visita ni "de pasada"; yo iba vestido en terno azul a rayas y una corbata celeste y nudo Widnsor. Casualmente en la puerta de vigilancia encontré al señor Steward, a quien veía después de 13 años y me dio un gran abrazo de añoranza como preguntándome: "¿en dónde haz estado?"...pero su pregunta fue: "y muchacho ¿qué te trae por acá?"

Yo respetaba y quería mucho al Sr. Steward. Continuamos nuestra plática y le dije que yo estaba en IDAT pues "iba a un salón pues tenía un curso"...él, como sabiendo la respuesta al verme vestido de tal forma, me preguntó de forma dudosa: "¿y qué estás estudiando muchacho?"... yo le sonreía de forma agradecida y con los ojos vidriosos: "¿puede decirme en dónde queda el aula 303?"; él leyó la lista y vio: "Carrera de contabilidad Intermedia, profesor CPC. Uri Ruiz"...me dio un gran abrazo y me dijo: "bienvenido profesor..."...y yo solo le susurré al oido: "gracias por todo"

La vida es una constante ida y vuelta, y uno debe hacer que el camino a transitar sea fecundo en cada paso que damos y demos...