lunes, agosto 21, 2017

Mi abuela es mi madre

Mamita, después de algunos días te puedo llamar.

Al fnal de lo que le digo esto, mi mamita me dice: hijito, no importa, sé que andas con tus apuros.

Reflexiono y entiendo que estas palabras solo la puede decir la madre, tu mamá, a la que llamas casi todos los días (si es que la llamas).

Pero en mi familia, como en muchas otras, hemos adoptado la palabra mamita para llamar a nuestra abuelita, a la mamá de tu mamá o de tu papá; en ese caso, nosotros tenemos las mejores mamitas del universo.

En mi caso yo tengo sólo uno de mis mamitas vivas, ella es Margarita (doña marga para muchos, la marga para mí).

La relación con mis mamitas siempre fue buena. A la mamita Clemencia siempre solía decirle la "reyna" de la familia y ella siempre me devolvía el cumplido con una coqueta sonrisa y me decía....este loco. Con la mamita Margarita (la marga como le digo) mi relación es de amigo, es de complices, es una relación de madre a hijo muy intenso.

La marga suele contarme todos los vaivenes del día a día y suelo ser, creo, aquel refugio a donde ella puede acudir siempre. Mi marga es intensa, es muy intensa. Ella sabe que la amo como a mi madre, es que es mi madre.

Una de las cosas hermosas que tiene mi marga, es que es amiga de mi madre, amiga de su hija. Ellas ríen juntas, lloran juntas, chismean juntas. La marga suele decirme que cuide a mi madre y es cuando entiendo que ella sabe que los hijos debemos volvernos padres de nuestros padres pero ella no ha experimentado esto. Sus hijos siguen siendo sus hijos.

Mi mamita siempre llama a mi madre mi "rosa oscura", solo por el hecho de que mi madre es siempre agradecida y que su sufrimiento la lleva por dentro.

Ay mamita, siempre le digo, mamita porqué eres tan buena. Mi mamita siempre me dice: he orado por ti, para que no te desampare en tus noches de trabajo.

Te amo mami, mi gorda bella.