domingo, febrero 26, 2023

Las duras despedidas

Siempre diremos adiós, sea cuales sean las circunstancias y lo que debemos tratar que estas experiencias sean los menos dolorosas posibles aunque sean imposible de que no duela.

La enfermedad de mi hermana nos aterrizó para siempre y nos hizo saber que el dolor es real. Mi bella hermana enfermó, padeció y finalmente falleció después de un largo y penoso camino.

La pena que nos embargaba el verla sufrir en su lucha fue desgarrador. Recuerdo que cuando la visitaba iba llorando mientras conducía al hospital para no hacerlo cuando estuviese frente a ella y su esposo, y al irme también lo hacia mientras conducía a casa.

Durante la visita solía alentarlos a continuar y le decía a mi hermana, de quien tenía la esperanza me escuchase (aunque yo sabía que no): "cholita, es difícil pero si quieres aferrarte, aferrate y dale lucha que nosotros te acompañaremos en todo momento"; mientras en silencio le hablaba a Dios: "Dios ¿por qué debe sufrir? ¿Por qué no pones un alto a esto?"

Después de ver esta batalla de mi amada gringa (chapa que le puso mi hermano Igor), me di cuenta de algo: "Dios te da la oportunidad de aceptar y darte cuenta de tus fortalezas pero también de que te des cuenta de que él ya tomó una decisión y debes (o deben) aceptarla.

Y eso pasa cuando crees que Dios no te escucha al pedirle ayuda, y cuando crees que no te la da es cuando ya está obrando: "te saca la venda de los ojos y te dice que no te aferres, y que a pesar de eso todo estará bien. A pesar que suene contradictorio también hace que creas en el desamor o que te desennamores; de que te canses después de darlo todo; de que pongas un alto a tu humillación; de que creas en el amor propio". A nosotros solo nos toca aceptarlo...

Entendí que hay un tipo de tristeza que te atrapa pero que no te hace llorar. Es como una pena que te vacía por dentro y te deja pensando en todo y en nada a la vez, como si ya no fueras tú, como si te hubieran robado una parte del alma. Esa tristeza posiblemente sea originada por el dolor provocado sobre un dolor preexistente, y eso es imperdonable.

Sin embargo, todos estos eventos que llegaron juntos, a pesar de haberme debilitado inicialmente, a la larga siento que me ha fortalecido como persona resciliente pero que debe priorizarse antes y resolver mis propios temas gigantes antes de embarcarme en otras proezas.

He entendido que cuando las cosas son definitivas estas se deben hacer con respeto, afecto y mucha empatía; tratando que a quienes vaya que afectar lo haga de forma totalmente positiva y vean que el amor hacia ellas será permanente.

Los adioses en vida son duros pero no es el adios que representa la muerte misma pero que en algo se parecen: " sabes no hay retorno de esto; a menos de no forma entera".


viernes, febrero 17, 2023

Estoy sin estar

A lo largo de mi vida transcurrida ya he muerto en un par de ocasiones.

Mueren esas versiones de mí que parecen irrecuperables; he perdido algunos fragmentos en el camino que me hacen sentir incompleto y hay personas del pasado que se llevaron una parte de mí que jamás me regresaron.

Las experiencias te vuelven más precavido, construyes ciertas barreras sentimentales para protegerte y empiezas a escuchar más a la voz de la intuición.

Creo que todos, sin excepción, sufrimos un evento que nos marca, a todos nos pasa algo que nos cambia, y aunque seguimos habitando el mismo cuerpo, un día despertamos siendo una persona totalmente distinta.

Y con esto conviertes las pequeñas mentiras en gigantes verdades que pulverizan nuevamente tus creencias y tu fe, tu nueva fe y ya no vuelves a creer en nadie más. 

Siempre se puede llegar más alto si solo confías en ti pues nuestras palabras empeñadas lo son todo y sin ellas somos nada.

miércoles, febrero 08, 2023

El Fausto que fui

A veces la "toxicidad" de los tiempos actuales, en donde la ausencia ya es casi permanente, mengua nuestro propio desarrollo profesional y personal, y muchas veces se manifiesta en desgano y se pierde en la palabra no dicha. Para evitarlo, he optado por salir a correr, caminar, bicicletear y salir a conversar con algunos amigos (algunos amigos imaginarios). Mi esposa suele preguntarme: ¿con quien fuiste a tomar café?...suelo responderle: con Fausto...

En una oportunidad, un día de semana siendo cerca de las 10:20AM, mientras conducía camino a la oficina, leí: "Centro de atención, alcolicos anónimos. Reuniones todos los días de 10:30 AM, 12:30 PM, 4:30 PM". Me estacione, y asistí a la reunión sin siquiera ser el objeto de estudio pues en mi caso es extremadamente raro que yo tome una pizca de alcohol; al menos en Lima casi nunca lo hago.

Cuando me tocó hablar en una ronda de 8 personas, me preguntaron variadamente pero una tras otra respuesta: "Fausto, bonito nombre por cierto, ¿Qué nos puedes contar? ¿Cómo te haz sentido últimamente? ¿Cuántos años tienes?...¿tienes familia?...¿Qué te gusta?..."

Fausto, un nombre que mi imaginación tomó al alzar para poder hablar. Se dice que debemos hablar para que la lengua no se atrofie, el pensamiento siempre esté fresco y no olvidemos las palabras y como suenan estas". Como diría Elias Canetti en La antorcha al oído: "solemos dizfranos en quien no somos pero somos delatados por el sonido de nuestras palabras"

En fin, la cosa es que hablé como descosido durante más de 15 minutos, con ciertas pausas. Después de hablar solo atiné a levantarme, sonreír, agradecerles por el momento y salir raudo hacia donde debía ir.

miércoles, febrero 01, 2023

Un viaje como pocos...

Ciertamente este viaje fue para cumplir con un compromiso de viaje que íbamos a efectuar un grupo de motociclistas y yo; esto no se dio por lo que viene sucediendo actualmente. En lugar de eso, hice otras cosas que podrían ser irrepetibles. Que anécdotas!!!

En este último viaje llegar a casa de mis padres ausentes ha sido muy nostálgico; antes de este viaje regresé por última vez al haberse conmemorado el mes del fallecimiento de nuestro patriarca en diciembre de 2022.

Cuando llegué a casa hubo una sensación de ausencia complementada con la poca bulla existente en ella y fuera de ella, pues son tiempos de revueltas agresivas en nuestro departamento y en todo el Perú, y casi nadie sale de su casa.

A pesar de esto, este último viaje fue un contraste entre experiencias nostálgicas y de alegrías, pues pude volver a abrazar a "mi familia (la propia)", mis amigos y otras personas que me hicieron sentir que este viaje "fue muy especial" mientras duró; y que para disfrutarlo y sentirse en paz con sus resultados, no necesitas hacer muchos planes cuando viajas a estar verdaderamente tranquil@ y a reconectarte con lo que es tuyo y con lo que naturalmente eres o buscas ser, pero sin hacer daño a nadie.

Gocé mientras metía estrés a los míos en casa. La limpieza y el orden como prioridad, conversar y pasar tiempo juntos. En algunas ocasiones nos excedimos en el alcohol.

Y aquella experiencia furtiva. Tal vez la fragilidad de nuestros momentos hicieron contra a la idea de hacer bien las cosas siempre, bajo cualquier circunstancia, o que la ponen en el límite de lo que es correcto e incorrecto. Al final, nadie te quita lo bailado y gozado mientras no hagas daño a nadie ni tengas que cargar culpas de ningún tipo.

Viaje reconfortante lleno de goce, de amistad y familiaridad; a pesar de que hoy por hoy, nuestro cuerpo nos pida que descancemos pues ya no son tiempos de años juveniles, en donde las energías siempre daban para más pero pusimos de nuestra parte para que así sea. No pudimos hacer nada contra el destino que nos tendía este viaje pues este marca la pauta de lo que debías hacer para luego no arrepentirte y lo que el destino escribe posiblemente el camino lo separe.

Gracias a mis hermanos, amigos y familiares por hacerme sentir su cariño...