lunes, junio 22, 2020

Mi ángel no era solo mío

Mamá, ya pasaron 12 días desde que partiste a la eternidad del cual no sabemos como es y no queremos saber.

Han pasado poquísimos días que, la verdad, los siento extensos. Te extraño mucho pero ya no es momento de solo decírtelo yo, de solo pensar en mí, pues sé que mi padre (tu cholito), mi hermano (tu hijito, la luz de tus ojos), mis hermanitas (tus hijitas) y tus niet@s también lo hacen.

Sabes, hay momentos cortos pero profundos en los que reflexiono en el "¿qué hubiese sido si?" pero esos momentos son dolorosos y ya no quiero, pero aun así no te quiero soltar; tu imagen es constante con ese gesto de: "yo quiero que me engrían o el ya verán". 

Te pido perdón mami, y me cuesta no habértelo dicho y no haber sido sincero contigo desde hace 4 años cuando pasó lo del ACV. Yo siempre supe que era un viaje sin retorno pues las secuelas fueron profundas y los especialistas solo hablaban de darte "calidad de vida". Sabes, lo hacía porque quería que te aferrases a la vida y sintieras la necesidad de seguir hacia adelante pues siempre supiste luchar contra la adversidad y eso tú me lo enseñaste. Mis hermanas y mi padre, hicieron todo lo que estuvo a su alcance y sé que tú lo sabías, pues tú me lo decías cuando tú y yo compartíamos momentos de escape, esos que te gustaban cuando íbamos al mercado a comprar para el desayuno o cuando te llevaba al cementerio a visitar a tu hijita que se fue hace 32 años o cuando nos íbamos a comer algo. Yo siempre las entendí y entiendo aunque solo pude decírselos con actos y no verbalmente.

Mami, te fuiste en silencio durante la profundidad de la noche pues ese día nadie me llamó o escribió durante la madrugada para decirme: "mamá está mal". Esa noche decidiste dormir profundamente y dejar descansar a tu cholo, mi padre". Nadie, absolutamente nadie además de nosotros, sabe de los avatares que pasaron mis hermanas durante esas largas noches de insomnio.

Gracias por enseñarnos a ser buenos hijos. Creo que cumplimos muy bien pues hicimos lo que hiciste con nosotros cuando fuimos pequeños: "te aseamos, te dimos de comer, te llevamos a pasear y, sobre todo, te amamos todos los días y eso te lo dijimos en vida"

Ahora te escribo con la lucidez y la madurez que el momento lo requiere, o al menos eso creo, pues sí que la estamos pasando mal acá en el mundo terrenal y vivimos de miedo constante. Mis momentos de ausencia son en algunas noches y sé que pasará pero de a poco.

Hoy me gusta la vida mucho menos pero siempre me gusta vivir...ya lo decía.

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