lunes, agosto 10, 2020

Hola mamá, te extraño con el corazón y el pensamiento.

Te extraño con el corazón y el pensamiento.

Día 62 del que no hablamos, nos hemos distanciado sin decirnos nada y sin siquiera poder vernos. Realmente te extraño, te extraño inconsolablemente y "mi corazón lo siente".

En algún momento del día, no hay día en la que me mirada se pierda en la profundidad del recuerdo y saque aquellos momentos de oro que viví a tu lado: "lo recuerdo todo". Escucho tu voz, la voz de siempre, la que tuviste hasta los 60 años, y la que nos acompañó desde hace 4 años, cuando te fuiste por primera vez.
Mami, cada instante que pasé a tu lado fue generoso. Tuviste una vida tan sacrificada y sonreías solo para hacernos ver que tu fortaleza era más grande; sin embargo, cuando te pienso no sé porque no puedo verte sonriendo.

Me será difícil acostumbrarme a tu ausencia, a la ausencia de tu cariño, a ya no escucharte decirme: "hola hijito"

La vez pasada, uno de mis tíos me preguntó ¿sobrino, cuándo vienes?, y sabes, no supe qué responder, no supe que decir y, sin ganas, elucubré una respuesta: "tío, cuanto quisiera viajar, ganas no me faltan!!!"; sin embargo, no hay momento en el que deje de preguntarme ¿cómo será cuando viaje a verte? y tengo tanto miedo de no verte. Mi corazón y mis pensamientos saben que nos estás, pero no quiero comprobarlo, pues extrañaré tu abrazo de bienvenida y, ciertamente, "tus pequeñas quejas"

Estoy como cuando C. Vallejo, decía:

"Todos saben que vivo,
que mastico...Y no saben
por qué en mi verso chirrian,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Destierro".

Te extraño como un niño carente de amor paladino y férreo; te extraño porque quiero extrañarte...

Un beso al cielo amor mío y tenlo por seguro que siempre haré honor a lo que a ti te gustaba: "extrañarte siempre". Amo la vida y amo estar vivo, aunque cuando te pienso "hay ganas de no haber tenido corazón".


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