sábado, agosto 09, 2014

Cuando mi papá fue coronel

Bajo lo que me dijo mi señor padre.

Era un día muy ajetreado en la Municipalidad de Tambopata, las colas para atención del usuario eran interminables. Mi papá atendía en una de las ventanillas y debía darse abasto para todas las gestiones. 

En su actividad diaria, él no privilegiaba a nadie debido a que todos pesaban por igual (en deberes y derechos) y hacía su mejor esfuerzo para satisfacer a todos por igual, brindándoles un buen servicio.

Los que conocen a mi padre, no dudan en señalar su carácter fuerte, su verborrea fecunda, su buen humor y algunos pequeños vicios propios de la idiosincracia. Mi padre siempre fue muy estimado por todos los que se cruzaron en su camino, sea para asistirlos o para que lo asistan. Mi padre es un bien acostumbrado lector tanto de novelas, poemas, historia, economía sin economía numérica y ensayos filosóficos; además, lee mucha psicología y corrección del lenguaje y por más estar decir, de su diario que es como el postre que precede a un buen almuerzo. 

Él y yo compartimos muchas de estos gustos, siempre discutimos sobre estos asuntos y sobre los libros que en cada viaje que hago a Puerto Maldonado suelo dejarle; nuestras discusiones se pueden prolongar por varias horas mientras disfrutamos de un buen café preparado por su incondicional mujer, mi madre.

En la Municipalidad lo conocían como Fidel (esto no sé si es en lugar de Miguel - algo parecido- o por el hecho del espíritu comunista que lleva como sello personal - eso explica la buena persona que es - y que lo lleva a admirar la figura de líder que le inspiran tanto Fidel Castro y su eterno compañero Ernesto "El Che" Guevara). Otros, en especial sus compañeras de trabajo, me comentaban que mi padre les galanteaba disertando un poema o cantándoles un bolero o simplemente enviándoles un piropo que cambiaba sus estados de ánimo. En fin, algunos detalles los mantiene hasta el día de hoy.

La anécdota que compartiré se resume a ese día en particular y a los 4 metros que ocupaba la fila que se formó aquel día en la ventanilla en donde él atendía. Mi padre alzó la mirada y divisó que al final de la fila, una persona se movía con impaciencia, pareciera que nunca había hecho una fila o creía contar con los más grandes privilegios. El individuo (a quien conoceremos como "Tipo"), con aspecto de irritado, se acercó hasta donde se encontraba ubicado mi padre.

Tipo: Dígame porque hay tanta demora en atender!!!
Mi Padre: Se está atendiendo persona por persona, de acuerdo al orden de su llegada
Tipo: Pero estamos apurados!!!
Mi padre: Lo siento, debe esperar su turno.
Tipo: Que desgracia es esto y que ineficiente son ustedes!!!

Mi padre también se caracteriza por ser una persona justa, sincera y sin pelos en la lengua cuando debía (debe) decir una verdad. Ah, también es sarcástico e irónico para poner a muchos en su lugar.

Mi padre: Disculpe, que dijo?
Tipo: Que la atención es una desgracia.
Mi padre: por favor, regrese a su lugar (señalando con el dedo índice el lugar al final de la fila)!!!
Tipo: que dijo?

Ante esto se formó un barullo que sólo los dos entendían. El tipo alzaba la voz en cada vociferada que expiraba y era de esperarse debido a que era el Comandante del Ejercito Peruano que estaba designado en la Región Madre de Dios.

Mi padre: que regrese a su lugar!!!
Tipo: Usted no sabe quien soy. Soy el Comandante del Ejercito (empavonado e intimidador).

En fracción de segundos y ante lo que acababa de escuchar, mi padre hizo un ademán con la mano derecha, se llevó la palma de la mano hacia arriba hasta palmotear en tres oportunidades el hombro derecho, en donde van normalmente los galones del grado militar, y señalando:

Mi padre:  Coronel viejo, Coronel!!!

El tipo se quedó frío por esta reacción tan sagaz y muy inteligente de mi padre. Bien se dice que te das cuenta de tu brutalidad cuando un pequeño acto inteligente (por mas mínimo que sea) te deja sin palabras.

Mi padre: Así que hágame el favor de regresar a su sitio.
Tipo: Me largo!!!

Esta es la primera parte de la anécdota que continuó ese día hasta llegar a oídos del Alcalde que gobernaba en ese tiempo.

Continuará.....

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