domingo, agosto 03, 2014

El mil oficios que conocí

Recoge esa leña de allá. Yo contaba entre 8 y 10 años. Mi hermano entre 13 y 15 años. Igor es mi hermano mayor y siempre veló por nosotros. Leñador, carpintero, albañil, cerrajero entre otros que haceres y que a ninguno se corría. Era muy diestro preparando un masetero; construyendo el corral para los patos, gallinas y pollos; construyendo los nidos para las gallinas que empezaban a ovar; reparando el tejado de la casa que en aquellos años fue de hoja de crisnejas; construía los catres de la casa o simplemente, traía leña de la chacra del abuelo.

En aquellos años (entre el 87 y 90), mi padre ya se había jubilado de la empleocracia y empezaba su aventura independiente (de eso ya mas de 25 años). La situación política y económica fue terrible por aquellos años y debíamos recursearnos y ahorrar. Una vez a la semana íbamos a la chacra del abuelo a traer leña para el fogón de barro y para que mi mamá pueda cocinar. Igor, cómo el mayor de todos, siempre buscaba darle mucha tranquilidad a mi madre. Igor era experto buscando los mejores palos secos, de aquellos que arden sin cesar así estén mojados. Recogíamos en gran cantidad y lo transportábamos en triciclos prestados a los vecinos. Él siempre me decía que me quedara en el triciclo y tan solo le ayudara a acomodar los ramos. Siempre solía ir hasta al barranco a recoger flores que solía sembrar en la casa de mis padres, encontraba orquídeas y cucardas, a veces ya los llevaba en maseteros preparados de las ollas de porcelana que encontrábamos. Mi madre era su hincha.

En una oportunidad a mi madre y mi abuela Margarita se les ocurrió preparar anticuchos para vender. Nos pidieron ir a buscar caña brava para preparar los palitos que utilizarían para preparar estos anticuchos. Aquella vez nos acompañó mi padre. Ver toda la destreza en el manejo del machete era asombroso y seguramente le traía buenos recuerdos de sus años mozo. Él encabezada el trío. Partimos de la casa a las 6 A.M., caminamos cerca de 5 kilómetros comentando los temas que se nos ocurría. A pesar de haber usado muchas veces el machete, mi padre siempre solía instruir a Igor sobre el buen uso de esta herramienta. Igor, el machete se agarra así, le decía mi padre y a pesar de eso Igor seguía usando su criterio en su manejo. La experiencia fue buena y creo que Igor nunca la olvidará. Como recuerdo de aquella vez, le queda un corte de 7 centímetros en la parte interior del muslo izquierdo que se hizo al momento de cortar una caña brava de arriba hacia abajo sin percatarse que su pierna aguantaba todo el peso de esta caña brava. Aunque dolorosa, la experiencia fue productiva ya que Igor nunca más cometió el mismo error. Que buenos años aquellos.


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