lunes, julio 28, 2014

Días de segundaria - parte 1

Ese arco pesaba apróxidamente 300 Kilogramos, unos jabalaban y otros empujaban. Lo que nunca supimos cual fue el motivo por el que llevaron ese arco a la cancha de futbol. No nos importó y empezábamos a tirarlo de un lado a otro. Fue una forma armónica de conocernos y sucedió en los primeros días de secundaria. Muchos ya se conocían de otro lado, algunos estudiaron en el mismo colegio primario como la prebo, la escuelita, Santa Cruz y nadie se le ocurría que alguno pudiese provenir del Glorioso Colegio Dos de Mayo y esto representaría un atrevimiento, una ofensa a las costumbres establecidas pero es estilo ortodoxo nunca fue mi estilo de vida más aún cando la sangre billinghuerense recorrá por nuestras venas. Aquel año sólo fuimos dos los dosdemayinos en el mismo salón de clases y otros tres esparcidos por otras aulas.

Los primeros días fueron días de travesura. Nunca imaginé que un arco podría caerme encima más persar que mi pierna sería la premiada. Fueron fragmentos de segundos en los que pude imaginar a mi pierna doblada en posición de noventa grados para arriba, fragmentos en los momentos que me dió para recostar esta pierna pero finalmente el arco me cayó.

La foto de ese momento vive en mis recuerdos. Yo jalando la pierna para que se soltara de todo el pesos descomunal de es maldito arco. Yo contaba con sólo once años de edad.

Algunos absortos, algunos riendo, muchos fugaron. Al ver caer mis lágrimas por el dolor causado sólo atinaron a levantar el arco que aprisionaba y oprimía mi pierna. Recuerdo a German García (el famoso taz) con su linda cara, frunciendo el seño para levantar sólo el arco, luego acudió Alan Merino, Marco Cutipa y todos empezaron a trabajar al unísono. Logré soltarme. Todos gritaban y de inmediato llamaron a mi hermano Igor, quien siempre me protegía, cuidaba y alentaba. Me cargaban los mas fuertes pero yo pedía que me dejaran bajar. Se detuvieron, bajé, pisé con el pié derecho y sólo sentí que el alma se me desprendía de mi ser: me había quebrado la pierna.

Creo que esa marca es la que dibujó mi camino en ese primer año y llevó a firmar una relación que se mantiene hasta ahora próximos a conmemorar los 20 años de egreso de nuestras aulas secundarias del Glorioso Guillermo Billinghurts de donde egresamos 104 alumnos con unas inmensa de reencontrarnos después de tantísimo tiempo y vamos por ese camino.




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